jueves, 20 de diciembre de 2012

ARDO

Te muestras desnuda, tibia, linda, niña, sentada en un sillón de nube frente a mi y de la pierna cruzada que cuelga de tu rodilla se balancea mi tiempo, mi espacio, mi vida.
Un cigarro descansa en tu pequeña mano soltando un azulado humo que desgarra la etérea luz blanquecina, cual silbido en el silencio, lengua de hiena lamiendo heridas.
Tus tímidos senos me observan al igual que tus negros ojos. Me examinan poco a poco y una leve sonrisa desde tu pálida faz me lo ha mostrado todo.

Yo me muestro desnudo, acabado, dolido, tirado frente a ti...arrinconado sobre una fría pared de acero y de mi pecho brota vida...huracanes de liquido flamable que solo muestran los corazones cansados de exhibir heridas y pasa el tiempo y pasa la vida y pasa Dios y tus piernas se mueven y ese andar que será mi ultimo aliento, frente a mi se detiene.
Humo sale de tu boca y Dios por la ventana pega un salto y de tus dedos resbala la chispa necesaria para maquinar la vida ó demoler los astros.

Aun sonríes, tibia, linda, niña....

Ardo.