miércoles, 20 de abril de 2011

DOMINGO




De alguna manera despertó mucho antes de lo acostumbrado, un dolor extraño en las mejillas y en la punta de los dedos lo hizo ponerse de pie para comprobar que no sufría otra vez de vértigo. Camino despacio por el dormitorio y se dio cuenta de que cada paso le dolía, pero no era un dolor común, era como si arrastrara anclas por debajo del agua, como en aquel cuento de la primaria en que un niño era perseguido en sueños por un tigre y al querer escapar se le doblaban las piernas, dando pasos como arrastrando  dimensiones.                                                                                                                                   
No tenia vértigo esta vez pero esa sensación en sus piernas y brazos casi le hacían llorar, no de dolor exactamente ya que no se comparaba ni siquiera con una cortada o fractura, era el sentimiento de algo que ya no tiene lugar, que ya no funciona. Volvió a sentarse en la cama y respiro profundo recobrando un poco el ánimo.
Después de tomar el baño se dirigió a la cocina, esperaba que al paso de las horas y con el agua de la regadera las molestias desaparecieran pero aun seguían ahí, así que decidió desayunar algo y pasar con el doctor, no era su costumbre visitar a los médicos, no creía en ellos pero esta vez sentía que era lo correcto, todavía con la bata de baño se calentó tres hot cakes y los adorno con jamón, huevo, miel y un poco de salsa roja, era un platillo raro pero a él siempre le gusto la combinación, - esas cosas raras que viven en tu cabeza- solía decirle siempre su ex- mujer.  Se preparo un café negro, en el radio se escuchaba una banda de jazz y al intentar dar un sorbo se percato de que no podía levantar el labio superior, se fue al baño para mirarse en el espejo y lo primero que noto fue que su rostro aun siendo el mismo, se miraba extraño, parecía acartonado o de cera, trato de hacer ejercicios de expresión pero los movimientos eran raros, los músculos de su rostro estaban muertos, se toco la cara y al intentar mirar por dentro de su labio, asustado observo como sus dedos se llevaban la carne de su  boca dejando su encía superior al descubierto, arrojo horrorizado su labio al lavabo y tomando una toalla se la llevo a la boca,- PUTA MADRE, PUTA MADRE, PUTA MADRE- no dejaba de murmurar dando vueltas y pensando en que tipo de enfermedad era la que había adquirido, algún tipo de cáncer o gangrena o alguna infección en la piel que se descuido, -Sífilis? Gonorrea? Maldito sea el sexo oral!!- pensaba y su mente no podía responder, tuvo que respirar  varias veces en cuclillas, se sentía mareado y no se atrevía a mirarse al espejo, le empezaba a hormiguear el cuerpo y noto que por raro que fuera no sentía dolor, aparto la toalla de su boca y se sorprendió al ver solo unas manchas pequeñas de sangre, solo unos puntos, su sangre estaba coagulada.
Poniéndose de pie se fue directo otra vez al espejo del baño y ahí estaba su cara mutilada, su encía tenia un color violeta pero la herida no sangraba, miro el pedazo de carne, el pedazo de su carne en el lavabo y le pareció absurdo todo lo que estaba pasando, descarto que se tratara de un sueño, era demasiado real y los detalles dominaban el momento, en la calle la gente caminaba, se escuchaba la música en el radio,
los niños jugando, la vida pasando, el mundo girando, era la mañana de un domingo soleado y el no podía quitar la mirada de su rostro, puso su dedo en el párpado inferior del ojo derecho y empujo suavemente hacia abajo y sobre el miedo empezó a sentir una enferma fasinacion al mirar como su piel iba cediendo y desgarrándose bajo sus dedos, no podía dejar de hacerlo hasta que al final de su rostro quedo colgando un pedazo de carne que no arrojaba gota alguna de sangre, podía observar los detalles de su calavera, era realmente delirante la visión,- algo fallo con este mundo- pensó mientras arrancaba otro pedazo junto a la oreja – estoy descarnandome y la gente afuera sigue caminando- toco su globo ocular pero decidió dejarlo en paz.

Salio del baño y se sentó en el comedor, ya había pasado el miedo y ahora solo se sentía cansado y
bastante aturdido, sabia que lo que estaba pasando no era nada común y no tenia que ver con la ciencia, recordó el caso de las personas que explotan como cargadas de pólvora, combustión espontánea  le llamaban, siempre pensó que esos casos podían ser entradas a condenas celestiales,infernales o naturales,  provocadas por  acciones en esta vida que se cobraban en el mismo plano,  algo parecido era lo que le estaba sucediendo, era algo personal y ningún doctor o medicina lo podía arreglar. Mientras pensaba empezó a sentir comezón en la palma de la mano derecha, su piel fue cediendo bajo sus uñas   dejando un hueco en el centro de su palma y un pedazo de carne en la mesa.- no iré a ningún lado, tal vez he estado equivocado y se me acaba el tiempo- pensó mientras miraba el pedazo de carne de su mano, lo tomo, lo observo unos segundos, era color rojo pálido y se podían observar pequeñas lineas blancas transparentes, lo metió en su boca y se lo trago, alcanzo el teléfono y marco un numero, su cuerpo ya se estaba entumiendo, miro las paredes, los cuadros, los focos, como tratando de que le gritaran si en verdad todo había valido la pena  cuando una voz de mujer le contesto del otro lado de la linea:
-Si, diga?
-No me cuelgues soy yo, tengo algo que decirte..
Se hizo un silencio y enseguida ella dijo:
-Ah claro! El señor se ha dignado a llamar, de seguro me estas llamando de la casa de alguna de tus putas!
-Oh, por favor! Te llamo de la casa, estoy solo...oye...recuerdas cuanto querías esta casa?
Se escucho un sollozo del otro lado.
-Es lo único que sabes hacer? Maldito, Acaso ya me preguntaste por tus hijos? Sabes si ya comieron hoy? Y porque hablas arrastrando la lengua? Volviste a drogarte verdad?
-No, no lo entenderías...dejame hablar- respiro con dificultad y continuo- quiero que hagas posesión de esta casa, del coche y de todo lo que hay dentro, en el banco central tengo un seguro de vida, quiero que lo cobres, te pertenece, a ti y a los niños...
-De que hablas? Que estas diciendo? en que te has metido ahora? - dijo ella en un tono preocupado, el guardo silencio unos segundos
- Perdoname... la verdad no pensaba matarte  ¿sabes? No lo decía en serio...y lo del cuchillo era...
-Por favor! -grito ella angustiada- Por tus hijos, dime que es lo que te pasa...
-Recuerdas a la niña que se perdió en el vecindario hace 15 días?
-Claro que la recuerdo pero que carajos tiene que ver eso?
-Ok, sus huesos están en una bolsa amarrados dentro del deposito del agua, aquí en el baño!
Se hizo un silencio aun mas grande que el anterior y ella empezó a llorar muy fuerte y a gritar.
-NO,NO,NO,NO,NO, NO QUIERO TENER NADA QUE VER CONTIGO! NO QUIERO SABER MAS DE TUS HISTORIAS, NO QUIERO QUE ME INVOLUCRES EN TUS LOCURAS, ERES CAPAZ DE ESO Y MAS, ESTOY HARTA DE...- paro en seco unos segundos y continuo- ...dijiste huesos! Porque hablas de huesos? Y lo demás?
-Oye... no necesitas saber detalles
-Que hiciste con lo demás?-dijo ella despacio y bajando el tono
-Carajo! Tenia tres años... no era mucho!
-Que coño hiciste con lo demás?- lloraba en una especie de suplica
-Nada bueno, no soy bueno.
                                                                   
 Colgó el teléfono, lo descolgó otra vez dejando la bocina sobre la mesa, recargo la espalda en la silla y levanto la cabeza mirando al techo- Bien! Y ahora que sigue?- se pregunto e imagino su funeral un momento ¿como demonios iban a arreglar el problema de su cara? no podía levantar los brazos ya y mucho menos levantarse el, se sentía clavado a la silla, escucho la risa de la gente en la calle, el ruido de los coches pasando por la avenida, escucho sus propios latidos exigentes y en el radio la canción  “you are nobody till somebody loves you”,   después ya no escucho nada.

Cuarenta minutos después llego la policía, una llamada anónima los ponía en sobre-aviso de un posible suicidio o alguna situación extraña pero la policía no encontró nada fuera de lo normal, solo rutina; un hombre fallecido de un ataque al corazón, platos sucios, ropa sucia, el calor de una mañana de domingo, nada extraño...tal vez solo unos hot cakes con jamón, huevo, miel y un poco de salsa roja  ...pero eso era solo cuestión de gustos.


FMS







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